LA MONTAÑA MISTERIOSA
Érase una vez un niño que se mudaba con su hermano, su hermana y sus padres a un pueblo montañoso para vivir en una casa que habían comprado sus padres.
El niño se llamaba Juan, su hermano se llamaba Jesús y su hermana se llamaba Clara.
Cuando llegaron a la casa esperaron a que vinieran los camiones de la mudanza, y cuando llegaron, los padres empezaron a amueblar la casa mientras los demás iban a ver sus habitaciones.
Juan entró en su habitación. Su habitación tenía una ventana en la que se veía una montaña muy grande con muchas flores, y a Juan le encantó.
Al llegar la noche después de cenar, Juan estaba muy cansado y se fué pronto a la cama, pero antes se detubo a mirar la montaña solo que algo era muy extraño y es que la montaña estaba diferente, estaba cubierta de una espesa niebla, las flares estaban marchitas y veía de salir fantasmas de la montaña.
Juan, cundo se acostó tuvo un montón de pesadillas, pero al fin se durmió.
Por la mañana, cuando Juan se despertó miró otra avez por la ventana y todo estaba como la prinera vez que miró. Juan se asustó y se lo dijo a sus padres y a sus hermanos. Jesús y Clara se rieron cuan do Juan se lo explicó. Jesús y Clara decidieron ir a esa montaña de noche para demostrar a Juan que no existen los fantasmas.
Cuando Jesús y Clara se fueron a la montaña, llegaron a la espesa niebla y desaparecieron.
La madre le preguntó a Juan:
-¿Donde se han ido tus hermanos?
-Se han ido a esa montaña, exclamó Juan señalando la montaña.
Y su padre y su madre se fueron a buscar a Clara y Jesús.
Pasaron horas y horas y no volvieron. Juan estaba preocupado y a pesar de su miedo fué a la montaña. Cuondo llegó también desapareció en la niebla, y fué a parar a una casa subterrania donde estaba toda su familia.
La familia entera se puso a pensar como escapar de allí,y Juan encontró una escotilla que llegaba al pie de la montaña.Salieron de la montaña y se fueron a casa y le dieron las gracias a Juan.Todos se quedaron extrañados por aquella montaña.
Juan volvió a mirar por la ventana de noche y encontró la montaña, igual que de día.
Desde entonces los mienbros de la familia vivieron felices y comieron perdices.
AUTORA:Malena Ruiz García-Casorrubios
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