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elcanio5

La calabaza viviente

La calabaza viviente

En la noche de Halloween los niños van de casa en casa pidiendo caramelos y si no les daban caramelos les hacían una jugarreta y... algunos hasta hacen calabazas con una cara sonriente pero maligna, eso me recuerda a una historia, algo que me pasó hace muchos, muchos años. Pero antes me voy a presentar, soy Jesús.

Yo antes era un niño de vuestra edad tenía 10 años e iba a quinto curso, tenía muchos amigos: Isabel, Carlos, Andrea, Silvia, Ángela y Malena.

Yo estaba en casa cuando pasó mi madre y le dije:

-Mañana, en la noche de Halloween, iremos a pedir caramelos y por eso necesito que me hagas una calabaza con la cara más terrorífica del mundo y después le ponemos un asa para llevarla.

-Vale Jesús.- me respondió mi madre

Al día siguiente la calabaza estaba lista, yo la cogí, me puse el disfraz y salí por la puerta, fuera estaban mis amigos.

-Jesús, ¿estas listo?.-me preguntó Andrea

-Sí, Andrea vámonos.

Fuimos de casa en casa, todos nos daban caramelos.

-Mirar cuantos caramelos tengo ¿cuantos caramelos tenéis vosotros?.-dijo Malena

-Muchísimos. Y tu Carlos.-le dice Silvia

-Muchos, pero me gustaría que alguien no nos diera.

-¿Por que?.-pregunta Isabel

Porque quiero hacerle una broma a alguien.

-¿Es solo por eso?.-pregunté

Entonces seguimos pidiendo caramelos por las casas hasta que llegamos a una casa muy misteriosa y terrorífica.

-Que casa tan extraña, no creéis.-dijo Ángela

-Sí, pero ¿quien va a llamar? Yo no.-añadió Silvia.

Todos me estaban mirando y entonces dije:

-Vaaale, yo llamaré.

Subí el escalón y... Din-don din-don, sonaba el timbre.

-¿Quien es?-dijo una anciana desde dentro mientras abría la puerta .

¿Truco o trato?.-le dije mientras extendía la calabaza que me había hecho mamá.

-Vete niño, note voy a dar nada.-dijo la extraña anciana cuando cerró la puerta.

-Bien, a gastarle una broma.-dijo Carlos

-Carlos, no deberíamos gastarle una broma a esta anciana, es muy rara.

-Tú haz lo que quieras yo se la voy a gastar.

Pero hubo algo que no vi, la anciana estaba mirando desde la ventana y vió lo que estábamos haciendo, no lo soportó, dijo unas palabras mágicas y...

¡CATACHOZ!

Mi calabaza empezó a moverse poco a poco hasta que consiguió saltar de mi brazo y fue hacia Isabel. Isabel corriendo desesperada, se tropezó con una piedra y cayó al suelo, la calabaza se aproximó a ella y se la tragó.

Después fue a por Carlos y también se lo tragó hasta que solo quedé yo, la calabaza se había puesto enorme, yo era muy alto, entonces me agarré de su pata y con mucho miedo trepe hacia arriba y me metí por el agujero de la boca allí me encontré a mis amigos.

-¿Estáis bien?-pregunté

-Sí.-respondieron todos.

-Y ahora, ¿como salimos de aquí?.-preguntó Malena

-De la misma forma que entramos, por la boca.-respondí

-Pero, ¿cómo? Está muy alto.-añade Andrea

-Con esta cuerda que he traído.

Así, salimos todos.

-Ahora hay que pararla, pero ¿cómo lo hacemos?.-dijo Isabel pensando.

Estuve pensando un momento y...

-Aja, ya lo tengo. Las frutas o las verduras se estropean se están mucho tiempo al sol, entonces hagamos un fuego para que se ponga mala y se muera y luego lo apagamos.

Y así fue la calabaza se murió y el fuego se apagó.

-Nos has salvado.-exclamaron todos.

Cuando llegamos a nuestras casas no le dijimos a nadie lo que había pasado.

FIN

AUTORA : Malena Ruiz García Casarrubios

5 comentarios

Malena -

Chicos gracias por todo, pero de verdad, no teníais porque, me vino a la cabeza, lo pensé un poco y ya lo tuve. Gracias

jesusangel -

tienes mucha imaginación sigue asi malena

silvia -

vaya cacho imaginación que tienes eres buenísima escribiendo cuentos me encanta

isabel -

Hola Malena que sepas que lo has echo super bien.
Un beso guapa.

Jesús Manzanares -

Gracias por tu comentario además que me encanta tu cuento.Enhorabuena.